miércoles, 28 de septiembre de 2011

CONFEDERACION MASONICA INTERAMERICANA

                                        

ANTECEDENTES HISTORICOS El movimiento interamericanista de la masonería se inicia en 1932, año en que se realizó en Santiago de Chile la primera reunión de Grandes Logias latinoamericanas, siendo este evento en donde se discute y se acepta el derecho de asilo masónico que contemple tanto a las potencias masónicas regulares como a sus miembros. Transcurre una década y entre los años 1943, diferentes comisiones de trabajo de las Grandes Logias de Argentina, Chile y Uruguay se reúnen en Montevideo, Uruguay, sentando las bases que se cristalizaran el 14 de abril de 1947, donde en la solemnidad que ofrece el Gran Templo de la masonería del Uruguay se crea la Confederación Masónica Interamericana (C.M.I.), lo que hace realidad una aspiración muy sentida en las obediencias del continente. IDEALES Y PRINCIPIOS Se considera de suma importancia la declaración de ideales y principios que se ha mantenido presente, pues en ella se concreta la filosofía de la masonería interamericana, a saber: La francmasonería es un movimiento filosófico activo, universalista y humanitario, en el que caben todas las orientaciones y criterios que tienen por objeto el mejoramiento material y moral de la humanidad sobre la base del respeto a la personalidad humana. La francmasonería no es órgano de ningún partido político, ni agrupación social y afirma, en el propósito de estudiar e impulsar, al margen y por encima de aquellos, los problemas referentes a la vida humana, para asegurar la paz, la justicia y la fraternidad entre los hombres y los pueblos sin diferencia alguna de raza o nacionalidad. La francmasonería reconoce la posibilidad de mejoramiento indefinido del hombre y de la humanidad, en un principio superior e ideal al que denomina "el gran arquitecto del universo". Tal reconocimiento de un principio originario y de una causa primera deja a cada uno de los masones sus puntos de vista particulares sobre la naturaleza del mismo, absteniéndose de todo acto confesional por lo tanto, no prohibe ni impone a sus miembros ningún dogma religioso y rechaza todo fanatismo. La francmasonería establece que el trabajo es uno de los deberes y derechos del hombre y lo exige a sus adeptos como contribución indispensable al mejoramiento de la colectividad, propugna y defiende los postulados de libertad, igualdad y fraternidad y por consecuencia combate la explotación del hombre por el hombre, los privilegios y la intolerancia. La francmasonería reconoce que es posible alcanzar la paz entre los hombres y las naciones en forma definitiva, superando la violencia y utilizando la razón, que para el advenimiento de la paz es necesario ser actores y participar en la historia asumiendo un compromiso inteligente y ético. La francmasonería reconoce la necesidad de trabajar por la vigencia universal de los derechos humanos. Fracmento tomado de: http://logiatlantico.tripod.com/id13.html para seguir leyendo sigue ese link

No hay comentarios:

Publicar un comentario